REFLEXIÓN a telarun shipule de 20N

REFLEXIÓN a telarun shipule de 20N

La Acaoba madre, ella es la que dio la llave a  Carmen Dolores Gonzalez Francisco del camino para descubrir todos estos lugares que tan maravillados nos tienen.

La Acaoba madre es la que guió a nuestra amiga y compañera a seleccionar de entre cientos de personas a 28 afortunados para  resolver un problema que lleva acaeciendo en estas islas con las personas que allí descansan.  

De alguna manera la energía de todas esas almas han sentido la necesidad de contar al mundo su desdicha, están cansadas de ver como en otros lugares santos otras almas son profanadas de su descanso eterno, esa energía es la guía de todos nosotros.

Nos ha costado mucho llegar hasta aquí  y nada ni nadie  nos va a parar. Sea entonces esa energía la que impulse nuestros actos, debemos de hacerlo sin locura, con coherencia, adaptándolo a las leyes de hoy en día con la documentación necesaria.

No somos delincuentes, ni pretendemos serlos. Somos personas que se indignan en ver como día a día se infravalora nuestra identidad, somos aquellos que odiamos ultrajar derechos de personas que antes de nosotros nacieron, corrieron, crecieron, hacían el amor y tenían descendencia en estas maravillosas Islas Canarias, pero que también morían.

En ese punto aparecemos todos nosotros. No pudimos nunca ayudar a esas personas en su día a día, pero ahora y después de siglos de descanso no estamos dispuestos a ver como se desintegra lo poco que queda de esa sociedad madre que habitó este lugar en el mundo.

Basta ya de anteponer lo económico por encima de lo demás. Basta ya de abrir tumbas, vaciar su interior y amontonar momias en sótanos de museos que lo que único hacen es abrir sus puertas cobrar para entrar y cerrar al final de la jornada.

Ya ha llegado la hora no de reproducir con maquetas cómo vivían estos aborígenes guanches, o mejor nuestros Gachumbas, llego el momento en que cualquier persona pueda visitar una cueva y ver realmente y digo REALMENTE cómo eran, en que entorno físico convivían, cuáles eran sus historias, dónde se colocaban una vez momificados, qué comían, como hacían el paso al otro mundo.

Somos canarios, nuestros rasgos, nuestro forma de hablar, nuestro lugar de nacimiento, nuestra idiosincrasia así lo demuestra, pero no solamente se trata de eso, debemos ser canarios también para defender de dónde venimos.

Quiero aclarar que cuando digo “nosotros los canarios”, no me refiero a los nacidos solamente, incluyo a gente que lleva años viviendo con nosotros y que sin serlo realmente demuestran más que muchos otros que se jactan de serlo y que ni por asomo, les llegan a la suela de los zapatos a los primeros.                                                                                                                                                                                          

Si la cuenta no es muy complicada: ¿Si son 600 años aproximadamente, cuántas generaciones nos separan de esas personas que allí yacen?, 60 años de media siendo generoso, más bien 50 años, son 12 las generaciones las que nos separan. Yo recuerdo sólo tres y me remito a 1910 que nació mi abuela, de ella para arriba repetir ese acto 4 veces concluye que ya eran los 600 años. ¿Me explico?, no se trata de gente de la era terciaria, ni australopitecos, son 12 las generaciones que delimitan el espacio temporal entre ellos y nosotros.

Vamos a seguir sin reconocer el ultraje que se le ha hecho a esta civilización. Si lo permitimos en esta generación, ya lo perderemos todo.

Vivimos en una sociedad cambiante por lustros, nos dejamos llevar por la vorágine comercial y hemos cambiado la faz de nuestra tierra canaria en solo dos generaciones. Si más de uno levantase cabeza diría que su descendencia no era muy completa.

Que sepan todos y todas que un grupo de gente canaria está luchando por defender los derechos de almas que descansan en nuestra tierra, que tenemos muchísima energía para hacerlo con vitalidad, y que además tenemos la suerte de contar con avalistas que van a cubrir nuestras necesidades hasta concluir con nuestro cometido. A mis compañeros de batallas que ya son Gachumbas les deseo que no pierdan su Norte, que se centren en conseguir sus objetivos a corto plazo, que no se vuelvan locos antecediéndose a los acontecimientos, debemos ser ordenados en nuestros actos, debemos seguir las indicaciones de quienes nos han traído hasta este punto. Este es un punto de no retorno si no es con nosotros será con otros pero que sepa el MUNDO ENTERO que el despertar Gachumba ya llego, y llegó para quedarse y mantenerse por los siglos.   

Ánimos a todos.

Por todos nuestros 
ancestros.

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ENLACES:

Comunidad Gachumba

Reescribiendo la historia

Pintaderas Canarias